Saturno nos enseña acerca de la madurez, el autocontrol y el tipo de comportamiento que uno desarrolla frente a los desafíos de la vida.
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Saturno a menudo tiene mala reputación entre los astrólogos. Se atribuye, con razón, a las restricciones, las limitaciones, el pesimismo latente e incluso la salud precaria. Si todos estos efectos están, de hecho, relacionados con Saturno, con demasiada frecuencia olvidamos las cualidades específicas de este planeta que son el rigor, la autodisciplina, el autocontrol o la estabilidad. Sin Saturno, muchas cartas serían imposibles de vivir y desequilibradas, sin madurez ni sentido de responsabilidad.
Saturno evoca el tiempo, la duración, la renuncia y la sensación de esfuerzo. Expresa ponderación, reflexión, lucidez, perseverancia, precisión. Dice mucho sobre la naturaleza de la razón, la moderación, la sabiduría, la modestia, los objetivos y las ambiciones. Pero también explica la falta de espontaneidad, la intransigencia, los chismes, los bloqueos, la soledad. ¡Por naturaleza, Saturno no es una alegría loca! En los peores días, empaña las posibilidades, situaciones y relaciones. Cuando se establece el aburrimiento y el aislamiento, es probable que Saturno sea la causa. Por otro lado, alienta a encontrar soluciones, esperar y trabajar para realizar las ambiciones. Saturno está en analogía con la casa 10.
Nota: Saturno permanece dos años y medio en cada signo, por lo que todas las personas nacidas en ese momento tendrán en común cómo manejar sus problemas. Las áreas en las que se aplica su sabiduría dependen, más individualmente, de la casa ocupada por Saturno.