El curso del sol es el que nos es más familiar: la mayoría de la gente no sabe dónde está la luna o Júpiter hoy, pero muchos saben que estamos en este o aquel signo, que el Día de Todos los Santos corresponde a Escorpio o que la víspera de Año Nuevo cae en el período de aniversario de Capricornio.

De hecho, el sol, el símbolo principal de las bases astrológicas, determina el signo de nacimiento, pero también influye más generalmente en la atmósfera general durante su desplazamiento de un signo a otro. Distribuye la energía a la manera del signo que atraviesa y, por ejemplo, induce el clima de renovación y motivación que caracteriza al equinoccio de Aries en marzo o un ambiente más interiorizado en diciembre, bajo la influencia de Capricornio.

Por lo tanto, es muy instructivo comprender los sutiles cambios de humor a lo largo de los meses, para estar lo más disponible y relevante posible a las situaciones que encontramos a lo largo del año.

Nota: En el hemisferio sur, las estaciones se invierten y Aries corresponde, por ejemplo, al equinoccio de otoño. Sin embargo, esto no cambia el simbolismo de estos tránsitos.