Si un esfuerzo por encontrar compromisos aceptables pudo surgir en agosto de 2025 y prolongarse hasta noviembre pasado, lamentablemente se encontró con la voluntad de las partes involucradas de mantener el control y el poder. En 2026, ya no se trata de seguir jugando con el mundo como si fuera un juego de azar, sino de apostar por un impulso colectivo incipiente que empieza a hacerse escuchar. ¡A partir del 20 de febrero de 2026, Saturno y Neptuno se unirán en Aries! Ya no se tratará de hacer lo nuevo con lo viejo; las dos planetas en conjunción en el signo de Aries nos invitarán a decidir, a iniciar un nuevo ciclo de vida sobre bases quizás inciertas al principio, pero que se aclararán con el tiempo.

Nos toca aceptar, sin temblar, algunos posibles enredos cósmicos ligados a la naturaleza de ambos planetas. Saturno invita a construir en la materia, a seguir planes precisos y a no salirse del marco, mientras que Neptuno rige los planos sutiles. Una unión que genera confusión, seguida de una serie de aspectos que traerán renovación. A temer, en el ámbito político y mundial, una lucha entre los dinosaurios de un sistema que se extingue y los exploradores de un Nuevo Mundo por inventar. Son probables tensiones extremas entre dos bandos cuyas valores son irreconciliables (en febrero y hacia el 20 de julio). Esperemos que la luz termine por imponerse a la oscuridad. Y si tratamos de leer entre líneas un lienzo astral cuya trama se intensifica con los meses, podríamos detectar una luz al final del túnel. Una luz que ilumina e invita a dar un paso hacia mayor conciencia. Dejemos de obedecer órdenes absurdas y letales y recuperemos nuestro propio poder. Ese que nos anima a no enviar más a nuestros hijos al frente, sino a nombrarlos depositarios de nuestras esperanzas, confiándoles la misión de hacer la paz en lugar de la guerra. Aunque los primeros pasos hacia este mundo venidero sean aún inciertos, un gran salto debería concretarse en 2026.
Astrología Global
Desde 2023 (al menos), hemos evolucionado en aguas turbulentas. Los planetas formaban con frecuencia ángulos disonantes que precipitaban mareas invasivas, lluvias torrenciales y el colapso… de todo. Este principio de disolución llega a su fin en 2026. Los planetas irán poco a poco (hasta abril de 2026) ocupando signos en resonancia con elementos de aire y fuego. Tampoco es totalmente tranquilizador, podrían registrarse aumentos en terremotos, erupciones volcánicas, solares y otras “alegrías” del mismo tipo.
Es hora de comprender que, para frenar este movimiento destructivo y detener el secado del planeta, debemos empezar por abrir las compuertas de nuestro corazón, considerando nuestro espacio no como un terreno a explotar, sino como un aliado a respetar. Estos valores, que todavía parecen desconectados de la realidad para algunos, se afirmarán, y contaminadores y consumidores excesivos probablemente tendrán que replantearse su comportamiento en 2026. Hemos escuchado hablar de emergencia climática durante décadas… Nos alertan de que la casa se está quemando, y nos corresponde tomar colectivamente las manos para apagar el incendio juntos en lugar de esperar leyes que nunca se aplican. En 2026, definitivamente, el cambio es ahora.
Los astros
Plutón comenzó su tránsito por Acuario en 2023 y no abandonará este signo revolucionario hasta 2044, tiempo más que suficiente para cambiar las reglas del juego y pasar de lo antiguo a lo nuevo. Planeta regente de Escorpio, Plutón nos impulsa a desprendernos irremediablemente de nuestras “pieles muertas” para adoptar el modelo de la oruga destinada a transformarse en mariposa. Ya sea a nivel individual o colectivo, la muda ha comenzado. Pero si hasta ahora el capullo rígido resistía la presión, en 2026 la capa externa se agrieta y somos empujados fuera de nuestro refugio, de nuestra zona de confort, y alentados a desplegar nuestras alas. No será sin pérdidas ni sobresaltos, pero desde 2026 se abre la posibilidad de escapar finalmente del estancamiento de un Mundo Antiguo que ha cumplido su tiempo. Nos toca, entonces, elevar la mirada y llevar los debates a otro nivel.
Neptuno abandonará el signo de Piscis el 26 de enero de 2026. Este planeta, regente de las profundidades, ha alimentado más el mundo de la ilusión y la mentira que la verdadera iluminación. Si alrededor del 20 de febrero, bajo la influencia de Saturno, Neptuno pudiera mostrar un (nuevo) camino a seguir, la ruta aún quedará por definir y los contornos por precisar. Tendremos más claridad después, pero solo si cambiamos de perspectiva y de mirada sobre el mundo. Esta oportunidad se presentará varias veces, especialmente en julio (alrededor del 15 y el 20), aunque esta apertura de conciencia provocará resistencias del viejo orden que no quiere desaparecer. Valores más humanistas terminarán imponiéndose e impregnando al colectivo hacia el 25 de julio y luego el 16 de septiembre.
Urano dio un pequeño giro por Géminis, dejando huella entre el 7 de julio y el 8 de noviembre de 2025. Si el electrón libre del zodiaco comenzó a iniciar los cambios venideros, en 2026 se dará rienda suelta. Ya no habrá marcha atrás. A comienzos de año (alrededor del 20 de enero), el planeta aún permitirá algunos compromisos con los vestigios del pasado, pero desde el verano de 2026, Urano barrerá la puerta y abrirá horizontes nuevos por inventar y realizar. Colectivamente, entonces, cruzamos un umbral. Ya sea mediante una elevación de conciencia o por otros eventos, entramos definitivamente en el día y mundo que sigue. Algunas fechas a recordar: alrededor del 15, 18 y 21 de julio, así como el 29 de noviembre de 2026.
Saturno abandonará Piscis el 14 de febrero de 2026, no sin antes intentar, hacia el 20 de enero, hacer lo nuevo con lo viejo, preservando ciertos modelos del pasado que pudieran canalizar la sed de cambio absoluto que se siente. A partir del 14 de febrero, Saturno entra en Aries. No muy cómodo en este signo fogoso, que avanza sin preocuparse por los daños ni los tabúes, el “gran maestro” del zodiaco se aliará, sin embargo, con las energías profundamente innovadoras que ocupan el terreno en 2026, en lugar de bloquearlas. Tras algunos tanteos, Saturno acompañará el movimiento y podría actuar como estabilizador y moderador en un mundo que cambia a gran velocidad. Especialmente alrededor del 28 de marzo, cuando nuestras aspiraciones de cambiarlo todo necesitarán canalización, y hacia el 31 de agosto, cuando los consejos sabios del planeta ayudarán a encauzar nuestro entusiasmo desbordante.
Júpiter transita por Cáncer hasta el 30 de junio de 2026. En este signo, la gigante del zodiaco pone orden y jerarquiza prioridades, aunque no está claro que haya logrado imponerse en 2025. A partir del 30 de junio de 2026 y hasta el 26 de julio de 2027, Júpiter brillará en Leo. En este signo solar, Júpiter exalta nuestra búsqueda de disfrute y expansión, pero también puede alimentar el deseo de abrir nuevos horizontes, comenzar un nuevo camino, iniciar una nueva vida. A nivel individual o colectivo, Júpiter se conectará, hacia el 20 de julio, con una visión más inspirada y espiritual del destino humano, pero también se topará con resistencias tenaces de quienes quieren conservar sus logros (a menudo en detrimento de la masa).
Nada ni nadie podrá frenar las energías de Júpiter, que hacia el 21 de julio nos liberará de las tutelas del pasado para asumir el desafío de la novedad, que se asentará sobre bases sólidas hacia el 31 de agosto. Asunto a seguir.






