Astrología

Relajarte en las vacaciones

Escrito por Eva

Las vacaciones son una actividad que no debe ser tomada a la ligera. En este mundo híper conectado, a una híper velocidad en el cual evolucionamos, es importante apropiarse del tiempo, relajarse en el trabajo, llevar consigo aquello que tenemos de bueno y constructivo, transformar los vicios adquiridos el resto del año de una manera beneficiosa con el fin de que este tiempo sea dedicado al aislamiento, al regreso a ti mismo y a la amistad, te regenerará por el resto del año. Gracias a los 12 trucos y consejos para relajarte rápidamente, descubre desde ahora las descripciones para cada signo.

Aries

Aquello que debes dejar en la oficina.
Tu falta de espíritu de equipo. Salvo que partas a una isla desierta, habrá gente alrededor tuyo, gente que podrías necesitar en caso de dificultades. Lejos de tu casa, lejos de tus puntos de referencia, estás más vulnerable, sería una tontería ir contra los otros.
Tu agresividad. Recordemos que las vacaciones son hechas para relajarse, no para atacar a las personas que no te gustan o peor para ser rencoroso e insolente. Si partes en grupo, el riesgo que corres con todo el mundo es elevado. Disfruta la vida, es ahora o nunca.

Aquello que debes empacar en tu maleta.
Tu energía. Arriba, arriba, desde temprano estás en todo. Capaz de reemplazar a un recreacionista improvisadamente, organizar una hornada, prever las salidas, involucrar a todo el mundo en tu estela. Y todo el mundo estará encantado de seguirte.
Tu entusiasmo. Así se te propongan un partido de tenis, una caminata o una visita al establo, no te pierdes de nada durante tu día. Siempre contento, siempre listo, da gusto verte.

¿A dónde ir para relajarte?
Lejos, muy lejos. A un lugar aislado del mundo. Un lugar en donde haga mucho frío o mucho calor, lo templado no te va bien. Estás hecho para los grandes espacios donde nada obstaculice la vista. Sin embargo las ciudades grandes como New York, Rio, Sídney, Marsella, Paris, te atraen irresistiblemente. Exposiciones, encuentros, fiestas... estarás en tu elemento.

¿Qué hacer para relajarte?
Tomarte un descanso. Vivir al ritmo de la naturaleza. Tomar el tiempo para mirar el sol, el curso de las nubes, las estrellas fugaces. Reconectarte con aquello que no puedes entender y colocarte en tu lugar preciso. Atreverte a ser contemplativo. Apreciar el placer de no hacer nada, de no tener que probar nada. Así, regresarás de tus vacaciones recargado.

Tauro

Aquello que debes dejar en la oficina.
Tu capacidad de inadaptación. Molestarte porque ocurre un cambio, francamente no es posible. Pues en las vacaciones, se trata de vivir diferentemente a lo habitual, vivir de otra manera a la que vivimos a menudo. Por favor, no arrastres los pies. Déjate llevar.
Tu terquedad. Qué importa que tengas la última palabra o no, que tengas la razón o no, lo esencial es dejarse llevar. Verás cómo eso libera. Verás cómo te sentirás más ligero.

Aquello que debes empacar en tu maleta.
Tu sentido del consenso. No queriendo hacer enfadar a nadie, deseas conciliar los centros de interés de cada quien. Y como expresas con calma y sentido común, tendrás el don para hacer cohabitar con todos los tipos de turistas.
Tu seriedad. Si propones una actividad, que has pensado con detenimiento. Todos los riesgos son circunscritos. Todas las enseñanzas son tomadas. Se puede partir tranquilo, has manejado todo.

¿A dónde ir para relajarse?
A una casa de familia donde podrás recibir a tus hijos, sus amigos y todos los compañeros que pasarán a verte a su turno. ¿Tus lugares elegidos? Zonas vinícolas, zonas productoras de carne, zonas productoras de quesos.

¿Qué hacer para relajarse?
Ir al mercado a degustar los frutos y legumbres de temporada, respirar aromas, pelar una papa con los productores locales. Escoger el mejor queso, el melón más maduro. Encontrar los sabores de la tierra. Preparar el almuerzo y la cena justos. Después deleitarse con el canto de las cigarras antes de dejarse llevar por una siesta voluptuosa.

Géminis

Tu falta de profesionalismo. Al tener tendencia a hacer lo más fácil, eres del tipo que estropea las tareas que te son asignadas. Si esto puede crear una ilusión en el trabajo, esto no pasará en las vacaciones que se pasan en familia o con amigos. Si se cuenta contigo para llenar el refrigerador o para organizar una salida, será mejor que te asegures, pues tus allegados no te perdonarán arruinar su placer.

Tu irrespeto por las reglas. En vacaciones, como en todo, hay cosas por hacer, limitaciones que se deben respetar. No es divertido pero la vida en comunidad supone que todo el mundo haga su parte, que todo el mundo se preocupe por los otros. No desperdicies el tiempo de tus próximos evadiendo las reglas. No utilices tu inteligencia para desaparecer.

Aquello que debes empacar en tu maleta.
Tu reactividad. Partir de vacaciones con frecuencia significa partir hacia lo desconocido. Y frente a lo desconocido, eres uno de los más talentosos. Instantáneamente, asimilas lo que pasa, lo que hay que hacer, lo que es preciso evitar. Tu computador mental trata rápidamente todos los datos, estás a gusto en todas partes, siempre a gusto.

Tu don para la gente. A donde vayas, tienes el don para hacer amigos en corto tiempo. Gracias a tus nuevos compañeros, estás rápidamente al corriente de los lugares donde es preciso ir, los lugares a evitar. En tu compañía, estamos seguros de evitar las trampas para turistas y visitar los lugares reservados para los iniciados.

¿A dónde ir para relajarse?
Del fin de la China al parque café, todos los lugares ofrecen una ruptura con la vida diaria alimentando tu curiosidad.

¿Qué hacer para relajarse?
Desconectarte de las pantallas. Y no por imprevistos. Salir del Teléfono inteligente. En serio. Hablarle a la persona que está a tu lado y no a aquella al otro lado de la línea, al final del mundo y tomar el tiempo para escuchar. Decidir no ser indispensable y aceptar que el mundo gira sin ti.

Cáncer

Aquello que debes dejar en la oficina.
Tu lado influenciable. Lo dicho está dicho. Lo previsto está previsto. No se trata de apoyarse en los principios o en una organización perfecta, tampoco se trata de planificar las actividades en función del último que ha intervenido o molestar a todo el mundo con una salida con el fin de complacer a una sola persona. No te dejes llevar por los sentimientos.
Tu falta de autonomía. No esperes que se te diga qué hacer. Si tienes competencias en pesca submarina, demuéstralo. Si tienes ideas de salidas, proponlas. Qué importa si son seleccionadas o no, lo esencial es que seas percibido como una bala por los otros.

Aquello que debes empacar en tu maleta.
Tu sensibilidad. Para evaluar rápidamente con quién estás tratando, eres sin duda alguna el mejor. Y en vista de las estafas que sufren los turistas, a menudo tienes el ojo para detectar la trampa o el mal plan. Al contrario, tienes también el don para llevarte bien con todo el mundo. Esto puede servir siempre.
Tu buena voluntad. Sentimos desde el principio que eres accesible, atento, abierto. Se adivina que aportarás tu ayuda en la medida de lo posible. Al seno de un grupo, eres la persona con la cual se puede contar. En caso de naufragio o de catástrofes diversas, esto consuela el corazón.

¿A dónde ir para relajarse?
Una gran casa de familia preferiblemente. Con una inmensa cocina, dotada de una gigantesca chimenea alrededor de la cual se pueden reunir. Y piezas de parquet con aroma a cera. Una casa con una historia en la cual poder escribir la tuya.

¿Qué hacer para relajarse?
Recoger las frutas de los árboles para hacer confituras o aromáticas. Colgar una hamaca a la sombra de los frutales y balancearte al ritmo de la brisa que sacude las ramas. Comulgar con la naturaleza y encontrar el gusto por lo verdadero.

Leo

Aquello que debes dejar en la oficina.
Tu individualismo. Ya sea que partas de vacaciones o a la aventura, aún serás obligado en un momento u otro a acoplarte a los otros y a las costumbres en vigor del país que atravieses, al seno de las poblaciones con las que te encuentres. Existen rituales a respetar, cosas por hacer y no hacer y es válido para todo el mundo, aún para ti.
Tu ambición. No, no podrás hacerlo todo, ya sea porque no tienes la condición física o porque la realidad política de un país te obliga a la prudencia. No, no estás por encima de las leyes y del simple sentido común. Modera tus ambiciones y fíjate objetivos realistas.

Aquello que debes empacar en tu maleta.
Tu optimismo. Pase lo que pase, permaneces positivo. ¡Qué suerte para las personas que parten de vacaciones contigo! Todos los caprichos de viaje resultan gracias a una experiencia agradable o al menos memorable. Encontrando soluciones a todo, arreglas fácilmente los problemas.
Tu carisma. Al seno de un grupo te impones fácilmente. En ti cae la responsabilidad de ciertas actividades. Es por lo tanto un poco pesado pues estás igualmente de vacaciones para relajarte, pero seamos honestos, eso te halaga. Y aparte de eso, no te haces rogar para participar.

¿A dónde ir para relajarse?
A lugares que estén de moda pero que no sean aún conocidos sino por algunos privilegiados. Lugares a los que puedas salir, encontrar el mundo, hacer fiesta toda la noche y donde te sea posible aislarte con el fin de cortar con la agitación y las cosas mundanas.

¿Qué hacer para relajarse?
Chismes los unos, noticias los otros, no buscar saber lo que pasa en la oficina cuando das la espalda, podrías sentirte excluido, contrariado. Las vacaciones siendo vacaciones, deben ser aprovechadas para tener sostener conversaciones con la gente, intercambios donde se hable y se escuche. Rehusar una invitación de dos para encontrar aquella que valga la pena.

Virgo

Aquello que debes dejar en la oficina.
Tu ansiedad. Las vacaciones, son lo imprevisto. Es a menudo lo que le interesa. No entres en pánico si la visita guiada difiere de aquello que es indicado por el folleto, si el vehículo que has alquilado sufre una avería a plena luz del día, ciertamente no es divertido, pero son los riesgos los que crean los buenos recuerdos.
Evita obsesionarte con los defectos de otros. Sí, vas a conocer personas que jamás habrías encontrado en la vida diaria, tal vez gente vulgar, con malos modales en la mesa o que tengan un vocabulario increíblemente mal hablado... pero las vacaciones, se tratan de ir al encuentro de otras culturas, ¿no?

Aquello que debes empacar en tu maleta.
Tu devoción. No, nunca defraudarás a quien te necesita. Aún si esto te cuesta, aún si es la última persona, tendrás el sentido del deber y un botiquín completo. Si una turista sufre de picaduras de insectos, eres capaz de suministrar los primeros cuidados.
Tu organización. Compras, trabajos domésticos... recién llegado al sitio has sentado tu marca y colocado todo en su lugar. El resto de las vacaciones es por el estilo, actividades bien pensadas para todos con el fin que todos saquen provecho.

¿A dónde ir para relajarse?
Partir en un viaje organizado donde tendrás casi nada que decidir, donde los días se desarrollen sin falsas notas, sin enfrentamientos.

¿Qué hacer para relajarse?
Tirar a la basura tu lista de Cosas por Hacer y déjate llevar por los otros y por los eventos sin buscar controlar. Disfrutar del ocio y no sentirse culpable. Tener el derecho a no hacer nada, tener el deber de no hacer nada.

Libra

Aquello que debes dejar en la oficina.
Tus dudas. ¿Tapas o paella? ¿Bronceado o escalada? ¿Bolos o voleibol de playa? Para todo tienes que hacer una elección. Ciertamente en vacaciones tenemos el tiempo para esperar que lo decidas, pero aun así, hay dudas perpetuas, pero esas dilaciones permanentes por cosas esenciales como el sabor del helado, francamente terminan enredándote.
Tu falta de puntualidad. Es cierto que en vacaciones, la noción de tiempo no es la misma que en el resto del año y uno no lleva la cuenta. Pero sin embargo, ponerte cita para un paseo en bicicleta e irrumpir sonriente una hora tarde sinceramente enerva.

Aquello que debes empacar en tu maleta.
Tu espíritu de conciliación. Cuando los espíritus se calientan bajo 40 grados a la sombra, siempre encuentras la manera de calmar a los unos, tranquilizar a los otros y hacerte apreciar por todo el mundo.
Tu don de gente. Te aproximas fácilmente a la gente. Y si quieres obtener algo de ellos, despliegas tu más bella sonrisa, hacer tu número encantador. Para obtener una mesa en un restaurante lleno de gente, eres muy hábil.

¿A dónde ir para relajarse?
A la montaña y el océano, la mar y los volcanes... los paisajes donde se equilibren las fuerzas de la naturaleza te bajen la temperatura.

¿Qué hacer para relajarse?
Asolearse al borde de una piscina y sentir el sol sobre la piel. Dejarte masajear por manos expertas en un marco encantador. No maquillarte y asumirte al natural. Caminar por la playa u respirar el aire salda a pleno pulmón.

Escorpio

Aquello que debes dejar en la oficina.
Tu individualismo. Salvo si partes al campo, serás obligado a lidiar con los otros. Olvidarlo es exponerte a pasar unas vacaciones infernales. Pues si quieres sistemáticamente lucirte, siempre habrá quien te lo haga pagar. En un periodo del año donde debes tomarlo con calma, ese tipo de relaciones de fuerza francamente son superfluas.
Tu paranoia. No, no es a propósito que te han asignado la habitación más lejos de la piscina. No, no es para molestarte que el bar de tapas esté abarrotado. Al tener poca confianza en los otros te sientes rápidamente perseguido. ¡Gracias por el obsequio!

Aquello que debes empacar en tu maleta.
Tu perspicacia. En caso de problemas, eres la persona señalada. Tu inteligencia analítica te hace analizar rápidamente los datos de una situación y encontrar rápidamente la solución. Gracias a ti, uno se sale (casi) con la suya.
Tu resistencia al estrés. Aún en caso de catástrofes, logras permanecer calmado y reflexionar. ¡Eres el último en dejar el navío, la clase!

¿A dónde ir para relajarse?
Lo ardiente, lo helado, las cumbres, los desiertos, te gustan los contrastes y los paisajes singulares. Las ciudades animadas, cálidas, vibrantes tales como Bogotá o Buenos Aires concuerdan maravillosamente con tu fuerte personalidad.

¿Qué hacer para relajarse?
Deporte, mucho deporte hasta estar agotado. Una vez extenuado acepta levantar el pie y no necesitar sistemáticamente tu dosis de adrenalina para sentirte bien.

Sagitario

Aquello que debes dejar en la oficina.
Tu carencia de espíritu práctico. Para las teorías, las bellas ideas, eres muy fuerte. Pero cuando se trata de enfrentar un problema concreto, sino estás perdido eres torpe. Encender una barbacoa, bueno no. Encontrar la tasa de cambio más interesante, complicado. En resumen, te contentas con lazar los proyectos para que los otros se las arreglen. Y entre nosotros, es lo mejor.
Tu carencia de escucha. Persuadido de saber todo mejor que todo el mundo (¡el colmo), rara vez escuchas los consejos (y es un dulce eufemismo), metes la cabeza bajo tu ala (un rol hecho a tu medida) y complicas las cosas cuando sería más sabio no hacer nada en absoluto.

Aquello que debes empacar en tu maleta.
Tu confiabilidad. Lo que dices lo haces. Preocupado por ser legal con los otros, vas hasta el fin de tu empresa. Después tranquilizarte o no es otra historia. Al menos en el acto, se puede contar contigo. Tu honor está a salvo.
Tu calma. Nada de pánico. Aún bajo la tempestad, tratas de permanecer sereno y transmitir tu calma a otros. Las mujeres y los niños primero, una evidencia, un estado de ánimo.

¿A dónde ir para relajarse?
El exotismo es ideal para despabilarte. Partir al descubrimiento de otros paisajes, otras culturas te abre el espíritu, el corazón.

¿Qué hacer para relajarse?
Hacer otra cosa diferente a lo que habitualmente haces a lo largo del año. Vivir a un ritmo diferente. Escuchar a tu cuerpo, alimentarlo cuando tenga hambre, beber cuando tenga sed, reposar cuando esté fatigado, complacerlo cuando tengas un camarada de juego en las proximidades.

Capricornio

Aquello que debes dejar en la oficina.
Una amistad limitada. Si prefieres trabajar solo en la oficina, es tu problema. ¿Pero en vacaciones francamente, es el momento para aislarte, pensar con eficacia cuando la complicidad debería primar? Vamos sal de tu torre de marfil y ve hacia los otros, habrá personas gente simpática dispuesta a complacerte.
El temor a lo desconocido. Todo lo que es nuevo, molesta, bloquea, te perturba. Aún durante las vacaciones, si regresas nuevamente a la casa de familia, siempre hay una parte desconocida o de improvisación, esto mismo constituye el encanto. Detente y sigue la corriente.

Aquello que debes empacar en tu maleta.
Tu gran autonomía. No necesitas de nadie para saber lo que tienes que hacer o cómo hacerlo. Gracias a ti, el refrigerador siempre está lleno, hay suficientes camas y las actividades de unos y otros son perfectamente organizadas.
Tu talento para identificar las competencias de cada quien. Instantáneamente, sabes cuál será la magnitud del grupo o la persona capaz de tomar las responsabilidades. Si partes con amigos, distribuyes las tareas en función del perfil de cada uno. Si eres obligado a sobrevivir en un medio hostil, nos sentimos contentos que hayas tomado la dirección de las operaciones.

¿A dónde ir para relajarse?
Un lugar calmado y sereno, tal vez un monasterio o una casa al final de la ciudad arrullado solamente por el canto de las aves y el zumbido de las abejas. De todas maneras, el interior lejos de la horda de turistas te llama.

¿Qué hacer para relajarse?
Reemplazar el « yo debo » por el « yo deseo ». Dejar expresar a tu cuerpo y olvidar pensar. Optar por el placer de los ojos, de la audición, del tacto, del gusto. Aislarte sin reserva y sin culpabilidad.

Acuario

Aquello que debes dejar en la oficina.
Tu hiperactividad. No querer hacer nada es una cosa, pero sobrecargar tus días con caminatas, pesca, partidos de tenis o noches entre amigos... no. Deshazte de demasiada actividad. Bota lo superfluo. No busques hacer tantas cosas. Lo importante eres tú y la gente que quieres.
Tu susceptibilidad. ¿Es posible que seas criticado, y entonces? No lo hagas un problema personal. No hagas un problema de todo. Relativiza, tomas las cosas por el buen lado. Estás aquí para pasar bueno momentos y no para romperte la cabeza por tonterías.

Aquello que debes empacar en tu maleta.
Tu facultad de comunicador. A gusto con los otros, tienes el don para transmitir tus ideas, explicarlas, ser pedagogo si es preciso. Se puede hablar contigo y es importante en un grupo donde a menudo juegas el rol de mediador y calmas las tensiones.
Tu flexibilidad. Si el programa cambia a último momento, te adaptas con un entusiasmo igual. La aventura comienza cómo esto y eres lo suficientemente curioso para estar abierto a todo. Todo el tiempo.

¿A dónde ir para relajarse?
Las grandes ciudades te atraen irresistiblemente. Su energía, su agitación te estimulan. Pero cuando tiene verdadera necesidad de calma, partes hacia regiones desérticas de turismo de masa. El campo, el bosque te llevan a lo esencial.

¿Qué hacer para relajarse?
Liberarte de tu dependencia tecnológica. Vivir tu vida de otra manera diferente a estar detrás una máquina. Comunicarte con los otros de otra forma y no a través de una pantalla. Todos estos dispositivos son útiles pero no indispensables, y menos en tiempo de vacaciones.

Piscis

Aquello que debes dejar en la oficina.
Tu lado desordenado. Al carecer cruelmente de método, tienes la tendencia a partir en todo sentido, agitarte mucho y no hacer nada en concreto. No se trata de ser hiperactivo en vacaciones pero es importante organizarte para aprovechar al máximo cada día. Sería demasiado torpe que regresaras de vacaciones con la impresión de no haber hecho nada, no haber visto nada.
Tu incapacidad para decir que no. Si hay un mínimo de cordialidad con las personas que te rodean, las vacaciones son realmente el momento cuando debes aprender a no tragarte nada. Omite los museos si las visitas te molestan. Rehúsa las invitaciones de la gente con quien no tiene mucho que hacer. Se trata de encontrarte a ti mismo.

Aquello que debes empacar en tu maleta.
Tu amistad. Te gusta la gente. Te gusta estar rodeado. En una época donde vas a encontrar nuevas caras, es una ventaja. Además no eres un snob. Ya se trate de un pastor o de un político, eres igualmente encantador y dispuesto a conocerles.
Tu flexibilidad. Sea cual sea la persona con la que conversas, estás a gusto. Sea cual sea la situación, encuentras rápidamente tus marcas. Sea cual sea el cambio de programa, sigues el movimiento. Eres el compañero de viaje ideal.

¿A dónde ir para relajarse?
El mar necesariamente el mar. El océano inevitablemente el océano. El flujo, las olas, los aromas de sal te sumergen en tu elemento.

¿Qué hacer para relajarse?
No hacer nada. De vez en cuando. Encontrar el encanto por la indolencia. Olvidar dedicarte a los otros con el fin de consagrarte a tus placeres, a tus sentidos. Contemplar lo que es sin buscar más lejos. Abrir las compuertas y obstaculizar todo lo que pueda contaminar tu serenidad.

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